Hola, me llamo Jeanne. Tengo 20 años y soy francesa. 

Tuve la suerte de hacer unas prácticas de cinco meses en SiKanda como parte de mis estudios de ciencias políticas. Fue una experiencia enriquecedora, formativa e inspiradora, tanto a nivel profesional como personal.  

Gracias a mi universidad, tuve la oportunidad de hacer prácticas en el extranjero. Quería conocer el trabajo de las asociaciones de la sociedad civil u ONG, porque quiero dedicarme a este campo. Cuando descubrí SiKanda me interesó inmediatamente la diversidad de los proyectos y los valores que promueven.  

SiKanda apoya a comunidades marginadas y en situación de vulnerabilidad a través de diversos proyectos, centrados en varios temas, como los derechos laborales, la equidad de género, la intergeneracionalidad, el empoderamiento económico de la mujer, entre otros. Aprecio especialmente su enfoque participativo, que permite una colaboración real con las comunidades en el diseño y la implementación de los proyectos.

El equipo me recibió con gran amabilidad. Desde los primeros días, a pesar de mi dificultad para expresarme en español, me sentí cómoda e integrada. Este entorno me permitió ganar confianza, progresar en el idioma y aprender del trabajo de los  miembros del equipo. 

Trabajé principalmente en las oficinas, lo que me permitió descubrir todos los aspectos esenciales de la gestión de proyectos: la planificación, los desafíos del financiamiento, especialmente en relación con el contexto político internacional, la organización de actividades y el trabajo colaborativo. 

Durante mis prácticas, tomé conciencia de los desafíos a los que se enfrentan ONG como SiKanda para garantizar la sostenibilidad de sus acciones. En los últimos años, se ha observado una tendencia creciente a la reducción de los financiamientos destinados a la cooperación internacional y a la ayuda al desarrollo, en un momento en el que el contexto internacional está marcado por múltiples crisis: económicas, ambientales, geopolíticas, sociales, etc. 

El inicio de mis prácticas coincidió con la investidura de Donald Trump en los Estados Unidos y la suspensión de fondos de USAID. Esta interrupción repentina de la ayuda estadounidense tuvo un impacto directo en muchas ONG, incluida SiKanda, que se vio obligada a cancelar el proyecto Una Cosecha Justa, inicialmente financiado por USAID. Este tipo de decisiones externas obliga a las organizaciones a suspender programas o reducir su personal, lo que debilita el apoyo a las comunidades locales y repercute directamente en ellas.  

Esto resalta la importancia de mantener, sino también de promover y exigir  mecanismos sólidos de cooperación internacional y financiamientos sostenibles, que permitan desarrollar iniciativas realmente adaptadas a las necesidades de las comunidades más vulnerables. 

Participé en diversas tareas, como la organización de archivos, la revisión de documentos internos, la recopilación y sistematización de datos y el apoyo logístico a talleres y otras actividades. Esto me permitió entender que, aunque muchas veces se asocia el trabajo de las asociaciones con el campo, una gran parte del trabajo consiste en la planificación y gestión de los proyectos que son tareas esenciales para el buen funcionamiento de la organización

También tuve la oportunidad de salir al campo de vez en cuando y conocer a varias de las comunidades con las que trabaja SiKanda. Esto me permitió comprender mejor las realidades cotidianas de los y las participantes, así como el impacto de los proyectos.

En San Lorenzo Cacaotepec, visité el centro de acopio y conocí a las personas recicladoras apoyadas por el proyecto Reciclaje Inclusivo. Pude observar la organización del lugar, el proceso de separación de residuos, el reciclaje, la lombricultura y el cultivo de hortalizas. También tuve la oportunidad de acompañar al proyecto Somos Cafetaleras en Pluma Hidalgo y San Mateo Piñas para talleres con productoras de café. Esto me permitió comprender mejor su trabajo y los desafíos a que se enfrentan. Por último, en Zaachila, acompañé el proyecto MARES, que es un proyecto de Puente a la salud comunitaria, la organización aliada de SiKanda. Este proyecto reúne a mujeres en grupos de ahorro y ayuda a crear redes de solidaridad en una zona rural con pocos servicios públicos. También acompañé al proyecto Juventudes Visibles, ayudando en un taller con alumnos y alumnas de la telesecundaria Manantial.

 

Disfruté especialmente de estos viajes porque me hicieron tomar conciencia de la necesidad de que SiKanda trabaje con comunidades en contextos de desigualdad

Vivir en Oaxaca también fue una experiencia muy bonita, ya que es una ciudad muy agradable y rica culturalmente, donde descubrí la artesanía, las tradiciones y, por supuesto, la cocina mexicana.

Estas prácticas me aportaron mucho. Me permitió implicarme en proyectos concretos y con sentido. Gané autonomía y adaptabilidad y desarrollé competencias profesionales, una mayor conciencia social y el deseo de seguir por este camino. 

Recomiendo esta experiencia a cualquier persona curiosa, motivada y con ganas de implicarse en una organización que trabaja por un mundo más justo.