La historia de Dalia, la mujer que aprendió a abrir las alas
En MARES (Mujeres Ahorrando en Redes Solidarias), las mujeres no solo guardan dinero: guardan sueños.
En cada reunión, entre risas tímidas que se fueron convirtiendo en conversaciones profundas, Dalia fortaleció su confianza y la certeza de que sí es posible cambiar su historia.
“Antes no salía de mi casa y no hablaba con nadie; ahora me siento como una mariposa que salió de su encierro”.
Hace casi tres años se unió al grupo MARES de su colonia. Su proceso coincidió con la migración de su esposo, por lo que en ese momento tuvo que asumir sola la crianza de sus hijos y nuevas responsabilidades comunitarias.
Lejos de detenerse, Dalia floreció.

Hoy participa activamente como vocal en la escuela, formando parte del Comité de Padres de Familia y es vocal del Comité de Salud donde gestiona apoyos para medicamentos en su colonia.
“Me siento útil, me siento contenta porque no solamente soy madre de familia. También sé que puedo ejercer alguna actividad más.”
Eso, mientras sostiene su hogar con un manejo más organizado de sus recursos. En 2023, comenzó apartando $50 por semana; ahora ahorra $200.
Gracias a ello durante su primer año logró comprar una mesa grande donde ahora cabe toda su familia, en el segundo ciclo renovó su colchón y este año, está por cumplir su meta de cambiar la vieja parrilla por una estufa con horno.
Para ella, participar en las sesiones de MARES y compartir con sus compañeras ha sido su fortaleza: “Cuando una se está derrumbando, estamos las demás para sacarla adelante. Este grupo es un lugar donde una se siente cobijada”.
Cuando el ahorro se convierte en un abrazo colectivo
El proyecto incluye un sistema de microcréditos autogestionado, con tasas de interés bajas fijadas por las propias participantes, que permite a las mujeres invertir en pequeños proyectos que mejoran sus condiciones de vida. Los intereses generados se devuelven al grupo, lo que refuerza la solidaridad y la autonomía.
Además, cada participante aporta a un fondo solidario que se usa para apoyar a compañeras en situaciones imprevistas, desde enfermedades graves hasta daños en sus viviendas.
Ahora, son más las participantes que se reconocen como proveedoras.
- El 9% ha creado o fortalecido un pequeño negocio.
- El 30% hoy ocupa cargos comunitarios, liderando espacios que antes parecían lejanos.
MARES se ha convertido en un lugar donde la economía se entrelaza con la autonomía, la sororidad y la dignidad.
Por ello, en esta temporada donde los regalos más valiosos no caben bajo un árbol, tu donación permite que más mujeres como Dalia encuentren ese espacio seguro, donde pueden ahorrar, aprender, levantarse entre todas y descubrir que también pueden soñar en grande.

