Para todas las personas recicladoras la situación es compleja, por las condiciones laborales, sanitarias y sociales. Ser mujer en este contexto presenta no sólo condiciones adversas, como en otros espacios, las mujeres han construido oportunidades para avanzar en los espacios de participación y toma de decisiones.

Actualmente 28 de 56 recicladores de la asociación CIEM Arcobaleno de México que trabaja en el Centro Integral de Tratamiento de Residuos Sólidos (CITRESO) son mujeres, varias de ellas a cargo del liderazgo de la organización. 

Marzo ofrece una doble oportunidad para reconocer a las mujeres y a las recicladoras informales, a través de sus triunfos y de sus retos, y la conmemoración del 1°de marzo #DíaMundialDeLosRecicladores y 8 de marzo #DíaInternacionadelasMujeres respectivamente. 

Este año, el reto más significativo ha sido trabajar en el contexto de la pandemia por el COVID-19, una dura prueba para la resiliencia de las mujeres recicladoras. Flor, recicladora y presidenta del Comité que dirige la asociación, nos compartió su experiencia como mujer recicladora.

Florencia López – Recicladora y presidenta del Comité

Florencia López, o Flor, como prefiere que la llamen, es una joven madre que trabaja y preside el Comité de la asociación civil de recicladores trabajando en Huajuapan de León, Oaxaca. Con 32 años y un hijo de 10, ha pasado los últimos ocho años en el CITRESO, instalaciones de manejo de residuos municipal.

La asociación civil local de recicladores CIEM Arcobaleno, que agrupa de manera independiente a 56 recicladores informales, 28 mujeres y 28 hombres, promueve el reconocimiento, dignificación, educación ambiental e inclusión como parte del proyecto “Reciclaje inclusivo” implementado por SiKanda con apoyo de Terra Tech y fondos del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ).

¿De dónde eres originaria Flor? 

Nací en San Antonino Monteverde, como a dos horas de Huajuapan. Mis papás se vinieron a Huajuapan cuando yo tenía dos meses para buscar mejores oportunidades de trabajo. Ellos se dedicaban a la agricultura, pero ya no alcanzaba, aquí mi papá empezó a trabajar en la construcción y mi mamá se quedó en la casa para cuidarnos. 

¿Cómo es la vida en Huajuapan?

Antes era más tranquilo, se podría caminar de noche sin tener miedo de que algo pasara, pero desde hace algunos años ha cambiado. La inseguridad se vive todos los días. En parte hay cosas que han pasado porque creció mucho la población y eso genera problemas, por ejemplo, ahora hay muchos autos que causan accidentes.

¿Qué pensabas de la gente cuando llegaron a vivir Huajuapan?

En realidad, mi familia era de aquí, una de mis abuelas vivía en la ciudad. Yo llegué muy pequeña y por eso es como si hubiera nacido aquí.

Cuéntanos sobre tu trabajo, ¿Cómo empezaste a trabajar en el CITRESO?

Hace 8 años que trabajo aquí. Llegué porque andaba buscando trabajo y una amiga me invitó, me dijo que no tenía nada que perder. Pensé que era cierto, si no me gustaba me iba, pero sí me gustó. Todavía recuerdo que empecé un 30 de octubre.

Al principio sólo éramos doce, entre nosotros dividíamos las ventas de todo el material que recolectábamos. En ese entonces teníamos el apoyo de una persona del municipio que llevaba la administración, ella negociaba los precios, vendía, cobraba y nos pagaba.

Nuestro método de trabajo era seleccionar y recolectar materiales durante cinco días seguidos y al sexto los separábamos de acuerdo con la materia prima. Conforme pasó el tiempo, llegaron más compañeros nos dimos cuenta de que era mejor seleccionar y separar los residuos desde el principio, ahorrábamos tiempo.

Cuando llegamos a 56 miembros en el grupo y vimos que éramos muchos, nos empezamos a dividir en 4 grupos o bandas, para trabajar en dos turnos.

Entonces entramos en contacto con SiKanda y nos empezaron a capacitar en administración, poco a poco tomamos más responsabilidad, aprendimos de pesajes, precios de compra/venta, y fuimos tomando las actividades con las que nos auxiliaban desde el municipio. Nombramos a un responsable nuestro para ponerse a cargo del negocio y de mantenernos bien informados. Lamentablemente por la cantidad de recicladores, los materiales que captábamos no eran suficientes para todos y decidimos reducir la jornada semanal a 2 o 3 días. 

¿Cómo te convertiste en la presidenta del Comité?, ¿Qué significa para ti?

Ha sido pensar en estar mejor. Hace cuatro años todos los recicladores decidimos que queríamos crecer y por eso creamos la asociación CIEM Arcobaleno. Como presidenta dirijo el Comité, planeo estrategias y busco ideas para desarrollar la asociación. Una de estas ideas fue iniciar una “Ruta de reciclaje inclusivo” para la Ciudad de Huajuapan. Nuestro objetivo era recuperar la cantidad de residuos que dejamos de percibir en el CITRESO a causa del COVID-19. 

Hasta ahora hemos tenido una buena respuesta, no sólo en Huajuapan. A partir de esta ruta, otros municipios nos invitaron a colaborar con ellos y ya firmamos tres convenios. Son municipios más pequeños que visitamos un día a la semana, hacemos la separación y con eso hemos conseguido recuperar la jornada de cinco días de trabajo a la semana.

¿Qué hacían en esos municipios antes de que ustedes llegaran?

Uno de los municipios quemaba la basura, no conocían el reciclaje. Ahora que vamos todas las semanas su cantidad de residuos se ha quedado en lo mínimo.

¿Qué pensabas sobre este trabajo antes?

Yo no sabía nada, sólo que el aluminio se podía reciclar, pero con el tiempo fui aprendiendo. Ahora sé del PET, de otros materiales como el papel y los orgánicos. Antes el reciclaje no era popular, nadie separaba, nadie pensaba que sus residuos podían valer dinero, sólo lo veían como basura que había que mandar al camión.

¿Qué es lo que más te gusta de este trabajo?

Hablar con la gente sobre reciclaje y cosas relacionadas. Yo lo que quiero hacer es comunicar a todos que los recicladores somos más de lo que la gente piensa de nosotros. Piensan que sólo trabajamos con basura, sin ver la importancia que tenemos para la ciudad. Detrás del funcionamiento del relleno, estamos 56 personas trabajando por la comunidad y por el medio ambiente.

¿Cómo es el ambiente de trabajo?

Ahorita estamos por grupos, o sea que no nos vemos siempre, pero aún así tratamos de apoyarnos entre nosotros. Por ejemplo, en mi grupo que hay muchas madres solteras y gente de la tercera edad, nadie de nosotros tiene un salario fijo por lo que cuando alguien se accidenta o tiene algún contratiempo nos cooperamos para ayudarlo.

¿Qué es lo que menos te gusta del trabajo?

Trabajar al rayo del sol es muy cansado. Normalmente estamos de 7 de la mañana a la 1 o 2 de la tarde.

¿Qué tipo de equipo utilizan para trabajar? R

Además de botas y uniformes que SiKanda nos ayuda a gestionar, usamos mascarillas y guantes. Estos últimos son de los mismos que encontramos entre los residuos, si están en buenas condiciones los reutilizamos.

¿A qué hora terminas de trabajar?

Tratamos de terminar a las 2:30 PM. A veces tardamos más de una hora para cargar los materiales de regreso al CITRESO, más otra media hora de viaje en auto o transporte público, voy llegando a mi casa a las 4:00 PM. Lo primero que hago es revisar las tareas que mandan al grupo de WhatsApp de la escuela de mi hijo, le explico las cosas y más o menos a las 6:00 PM mandamos todo y cenamos. Así ha sido desde hace un año desde que cerraron las escuelas por el virus. Después de cenar me pongo a organizar los horarios y quienes vamos a las rutas por la ciudad.

¿Quién cuida a tu hijo?, ¿cómo te apoya tu familia?

Mi mamá lo cuida hasta que llego a la casa. En general mis papás me han apoyado mucho, pero es un sentimiento agridulce. Por un lado, comparten mi idea de que lo que hacemos en la asociación es positivo, pero también sé que el tiempo que le doy a la responsabilidad del Comité es tiempo que no paso con mi hijo.  

¿Platicas con tu hijo sobre el trabajo como recicladora?

Sí, de hecho, por eso empezamos a hacer las visitas escolares al centro de reciclaje, para que los grupos de niños vinieran a conocer de qué se trata el reciclaje. Eran varios los compañeros con hijos que estaban sufriendo bullying en la escuela porque sus papás trabajan con basura, pero esta actividad sirvió para reducirlo.

¿Y tu familia ya está involucrada en tu trabajo?

Sí, toda mi familia separa los materiales. Ahora sabemos que hacerlo representa una entrada extra para nuestra economía. Además, utilizamos los orgánicos en las macetas, como abono de nuestras plantas. Todo lo aprovechamos.

¿Cuáles son los aspectos menos agradables del reciclaje?

Además de trabajar bajo el sol, diría que las miradas de la gente. Que nos vean y se crucen la calle, que se tapen boca y nariz aludiendo a que olemos mal sólo porque trabajamos en el centro de reciclaje. No se valora el trabajo que hacemos. Desde que empezamos la ruta nos hemos topado con algunas groserías, incluso gente que no nos quiere dar sus residuos, aunque la verdad son pocos.

¿Qué satisfacción te da ser recicladora?

La primera es contribuir al medio ambiente. Como mujer me siento orgullosa de esta carrera. Yo antes me dedicaba a la belleza ¡imagínate!, trabajaba en un salón de belleza. La gente me pregunta cómo pude cambiar así, pero a mi me gusta. Este trabajo me lo ha dado todo.

¿Cuáles son los retos más importantes de las recicladoras?

Es un trabajo muy físico, muy pesado hasta para nuestros compañeros hombres y nos lo han dicho. Nosotras cargamos bolsas llenas de materiales reciclables todos los días, sin importar lo que contengan: vidrio, plástico, papel, composta. Nos arriesgamos a lastimarnos físicamente, pero como te decía, tenemos a muchas madres solteras que son la única fuente de ingresos de su hogar. Sin embargo, al llegar a casa no descansan, todavía tienen que hacer las cosas que hacemos las mamás.

¿Qué has aprendido de tus colegas?

Nuestra fuerza para mejorar nuestras condiciones de trabajo siempre ha sido lo que nos lleva a seguir avanzando. Incluso con el tiempo nuestros compañeros hombres que se oponían que en el Comité estuviéramos tantas mujeres, 4 de 6 miembros, se han convencido de nuestro trabajo tanto en el campo como en lo administrativo y nos han expresado su respeto.

Nos han reconocido por el buena manejo y administración, se han dado cuenta de que las mujeres podemos hacer igual o mejor trabajo que los hombres porque tenemos otros talentos, otras fortalezas, nos tomamos las cosas con más tranquilidad y paz. Hemos conseguido cosas que comités anteriores, con menos mujeres, no habían podido. Los resultados y los hechos están de nuestro lado.

¿Recicladores o pepenadores?

Nosotros nos llamamos y nos reconocemos como recicladores. Hace tiempo que decidimos dejar de usar otros nombres porque somos expertos y conocemos todo sobre los materiales, podemos distinguir los aspectos más mínimos.

¿Qué puede hacer la gente para apoyarlos?

Lo más importante es que separen sus residuos antes de dárnoslos, nosotros nos encargamos del resto. Si cada hogar aprendiera a separar, nos ahorraría mucho trabajo. Algo que hemos observado en la ruta por la ciudad es que la gente sí ha aprendido, se han tomado el trabajo de preguntarnos, incluso a veces revisamos sus botes de basura y les explicamos qué residuos son reciclables. Lo mismo con los orgánicos.

Gracias, Flor ¿Algo más que nos quieras compartir o agregar?

Nos gustaría mucho tener seguridad social, servicios de saludo o ayuda médica para nuestras familias por el riesgo al que nos exponemos al trabajar directamente con residuos y basura: infecciones, enfermedades, accidentes, cortaduras, picaduras de animales, picaduras de jeringas. 

Me gustaría que la gente reconozca nuestro trabajo, que sepan que somos más que un grupo de gente trabajando con los residuos, que aportamos un beneficio al medio ambiente, pero más importante aún, que nuestro trabajo es como otros que contribuyen a la sociedad. Que termine la discriminación hacia nosotros.

Marzo, 2021

SiKanda AC colabora con la asociación CIEM Arcobaleno de México y el Centro Integral de Tratamiento de Residuos Sólidos (CITRESO) de Huajuapan de León como parte del programa “Reciclaje Inclusivo, Digno y Productivo en Oaxaca” para promover el reconocimiento de los derechos de las y los recicladores Informales, su organización e inclusión en sistemas municipales de gestión de residuos urbanos.