Al Estado y la sociedad mexicanas,
A las mujeres oaxaqueñas, a las mujeres mexicanas:
Solidaridad Internacional Kanda A.C. (SiKanda) es una asociación civil oaxaqueña, independiente y apartidista, con una década de experiencia en el acompañamiento de proyectos y procesos de desarrollo local con personas y comunidades en
situación de vulneración de derechos, marginación y exclusión. Nuestra misión es caminar hacia un mundo justo y más equitativo. Las mujeres de SiKanda somos profesionistas, activistas y promotoras del ejercicio de los derechos humanos. En nuestro quehacer profesional y vida cotidiana, experimentamos constantemente la violencia patriarcal en formas de discriminación, machismo, misoginia y vulneración de derechos de las mujeres. Al mismo tiempo, nos horroriza la indolencia social ante un contexto generalizado de violencia de género, que tiene su expresión más atroz en el feminicidio.
Hemos sido testigas de la incapacidad del Estado para garantizar: a) condiciones que permitan el ejercicio pleno de derechos, la equidad y el desarrollo de una vida digna y libre de violencia para las mujeres y la niñez, b) procesos eficaces y pertinentes en la impartición de justicia, c) mecanismos de protección integral de las mujeres y niñas y niños, d) protocolos eficientes para la prevención social, atención de riesgos/violencias de género y reparaciones de daños.
Por ello, este 8 y 9 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer, nos pronunciamos y paramos desde el hartazgo, cansancio, rabia y dolor que nos provoca que 10 mujeres al día en México no regresan a sus casas, y que miles de mujeres más sean violentadas en espacios públicos y privados. Por todas las niñas y mujeres a las que les han arrebatado su tranquilidad, su libertad y su vida, expresamos nuestra indignación y repudio absoluto a todas las formas de violencia contra nosotras, contra nuestros cuerpos y contra nuestra integridad. Rechazamos el machismo arraigado profundamente en la cultura mexicana, la normalización de estas violencias, la culpabilización absurda de las mujeres, la revictimización, el amarillismo de los medios de comunicación que lucra con nosotras aún estando desaparecidas o despedazadas. Rechazamos el oportunismo político y de las empresas privadas para apropiarse de las ideas e iniciativas de las colectivas y organizaciones feministas. Repudiamos la impunidad de los responsables. Repudiamos el sistema patriarcal que nos está matando.
Las mujeres no somos vulnerables ni víctimas por naturaleza. El sistema, el contexto, las acciones u omisiones son las que vulneran nuestros derechos y nos colocan en posiciones de indefensión. Desde nuestro trabajo somos testigas de que la desigualdad económica y la discriminación, vulneran particularmente los derechos de las mujeres indígenas y afrodescendientes, con discapacidad y que habitan en territorios periféricos y en resistencia. Reconocemos nuestras capacidades, fortalezas y contribuciones al bienestar propio y colectivo. Subrayamos que las mujeres históricamente hemos tenido diversas formas creativas para luchar, resistir, crecer, sanar y avanzar hacia un camino más justo.
Por lo anterior: Celebramos a las mujeres que desde diversos ámbitos impulsaron la despenalización del aborto en Oaxaca. Agradecemos profundamente a las redes autogestivas de acompañamiento que nos permiten ejercer nuestro derecho a decidir. Exigimos a las autoridades estatales aplicar la legislación, crear los reglamentos y protocolos necesarios para la aplicación de la NOM 046 y para que toda mujer en el estado pueda ejercer su derecho a decidir de forma libre, informada, segura, acompañada y gratuita. Exigimos la legalización del aborto a nivel nacional y rechazamos la criminalización de las mujeres y de las decisiones que tomamos sobre nuestros cuerpos. La maternidad será deseada o no será.
Rechazamos todo tipo de violencia obstétrica y subrayamos que la maternidad debe ser una elección libre y no una imposición. Destacamos que las madres no son las únicas responsables de la crianza, resaltando la responsabilidad colectiva de la sociedad para el bienestar de todas las niñas y niños. Exigimos que todas las mujeres madres puedan tener acceso a servicios de cuidados para niños y niñas de calidad, seguros y gratuitos, facilidades para poder brindar una lactancia digna y libre, y permisos de maternidad y paternidad en los espacios laborales para que mujeres y hombres puedan ser partícipes de la crianza.
Señalamos la relación existente entre los elevados índices de violencia sexual y el embarazo adolescente. Como mujeres, reivindicamos nuestro derecho al placer y a disfrutar de nuestra sexualidad libremente. Exigimos que toda niña y mujer pueda tener acceso a una Educación Sexual Integral, misma que consideramos fundamental para conocer nuestros cuerpos e identificar señales de abuso. Demandamos acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva laicos, respetuosos, conscientes y pertinentes para los contextos multiculturales del país.
Demandamos que como sociedad, desmitifiquemos las ideas violentas del amor romántico, reconociendo que lo personal también es político y que muchas violencias suceden en el hogar, en lo “privado”. Reconocemos los espacios creados desde la mujeres para la reflexión y deconstrucción de estos mitos, y la construcción de herramientas personales y colectivas para la identificación y prevención de violencia entre parejas.
Reconocemos que las labores de cuidado son un trabajo fundamental para nuestras sociedades, por lo que se deben crear las condiciones para que se realicen de forma equitativa, digna y protegida. Enfatizamos la necesidad de contar con sistemas de cuidados públicos, gratuitos, cercanos, seguros y de calidad, para niñas, niños, personas adultas mayores, personas con discapacidad y personas con enfermedades crónicas o terminales.
Subrayamos nuestro derecho a movernos y a disfrutar de los espacios públicos seguras, libres y sin miedo. Exigimos planes y políticas de movilidad y de disfrute de espacios públicos integrales y con enfoque de género.
Subrayamos que los Derechos no se consultan. Reclamamos que colocar a debate público los derechos de la mujer, contribuye a desplazar responsabilidades. Exigimos al Estado respetar, proteger y garantizar los derechos de las niñas y mujeres. Es urgente una política pública nacional eficaz para la prevención de violencia de género, y contar con funcionariado público y personal sensible y capacitado en todas las instancias necesarias para la prevención y atención de violencia, evitando la revictimización de niñez y mujeres y el encubrimiento de violentadores.
Exigimos al Estado y a toda institución pública y privada adoptar un enfoque de CERO TOLERANCIA a la violencia contra niñas, niños y mujeres.
Reconocemos el autocuidado como un posicionamiento político. Las mujeres tenemos derecho a pensar y actuar por nuestro propio bienestar. Celebramos los espacios en que podemos realizar acciones de cuidado colectivo entre mujeres. Parar es también un privilegio del que no gozan todas las mujeres.
Por ellas y por nosotras, las SiKanderas paramos el 9 de marzo. Agradecemos a todas las niñas, jóvenes y mujeres adultas, que desde lo individual y en colectivo, desde sus territorios, identidades, hogares, maternidades, organizaciones, colectivas, trabajos y espacios, luchan, s pronuncian, marchan, paran, acompañan y arropan a otras mujeres, exigiendo el cese de la violencia feminicida. A todas ustedes, gracias por ser compañeras.
Aplaudimos y celebramos a las niñas y jóvenes que recientemente, desde el hartazgo, han decidido alzar la voz y organizarse. Reconocemos sus formas autogestivas y reiteramos nuestro compromiso, como mujeres adultas, de aprender de ustedes, acompañarlas y compartir nuestro camino y nuestra lucha. Nos inspiran.
De forma independiente, libre y consciente, por nuestra libertad y la de las que vienen, Este 8 de marzo nos vemos en las calles. Este 9 de marzo, paramos. Nunca más un niña o mujer violentada. Nunca más un feminicidio. Nunca más la comodidad de nuestro silencio.
¡Ni una menos!
¡Vivas nos queremos!
¡Libres y sin miedo nos queremos!